dilluns, 12 de gener del 2009

El funeral más divertido de Gran Bretaña

Graham Chapman fue uno de los integrantes del grupo de humor británico Monty Python junto con Eric Idle, Michael Palin, John Cleese, Terry Gilliam y Terry Jones.

Falleció el 4 de octubre de 1989. Como es natural, todos sus compañeros del grupo se reunieron en el funeral para darle un último homenaje. Eric Idle cantó la famosa canción de La Vida de Brian “Always Look On The Bright Side Of Life” y John Cleese dijo unas sentidas palabras sobre su vida al más puro estilo Monty Phyton.

Funeral de Graham Chapman


Ésta es la versión completa del discurso de John Cleese:


Graham Chapman, coautor del Sketch de “El Loro Muerto”, ya no existe.
Ha dejado de ser, a pasado a mejor vida, descansa en paz, la ha palmado, se ha ido al más allá, mordido el polvo, la ha diñado, ha exhalado su último aliento, y ha ido a encontrarse con el Gran Jefe del Entretenimiento Ligero en los cielos.

Y supongo que todos pensamos lo triste que es que un hombre de tal talento, tal capacidad y amabilidad, de tal inteligencia, se haya desvanecido tan de repente a la edad de tan sólo cuarenta y ocho años, antes de que pudiese alcanzar muchas de las cosas de las que era capaz, y antes de que se hubiese divertido lo suficiente.

Bueno, creo que debería decir: “Chorradas. Que tenga buen viaje, el cabrón aprovechado este. Espero que se fría”.

Y la razón por la que pienso que debería decir esto es que el nunca me perdonaría si no lo hiciese, si dejase pasar esta maravillosa oportunidad de tomaros el pelo en su honor. Lo tenía todo salvo el buen gusto constante. Pude oírle ayer por la noche, mientras escribía estas palabras, susurrándome al oído:

“Vale, Cleese, estás muy orgulloso de ser la primera persona que dijo “mierda” en la televisión británica. Si este acto es para mí, para empezar, quiero que seas la primera persona que diga “Joder!” en un funeral británico.

El problema es que no puedo hacerlo. Si él estuviera conmigo ahora probablemente tendría el coraje para hacerlo, porque siempre me transmitía su audacia. Pero lo cierto es que me faltan sus huevos, su maravillosa capacidad de desafío. Así que me tendré que contentar con decir “Betty Mardsen…”

Pero hoy habrá espíritus mucho más audaces y desinhibidos que yo. Jones e Idle, Gilliam y Palin. Sólo Dios sabe lo que nos depara la hora siguiente en el nombre de Graham. Pantalones caídos, blasfemos sobre pogos, increíbles demostraciones de pedorretas a alta velocidad, incesto sincronizado. Uno de los cuatro planea meterse por el culo un ocelote muerto y una máquina de escribir Remington de 1922 con el acompañamiento de el segundo movimiento del concierto para chelo de Elgar. Y eso sólo en la primera parte.

Porque, veréis, Gray lo hubiera querido así. De verdad. Cualquier cosa por él, salvo buen gusto descerebrado. Y eso es lo que siempre recordaré de él, además naturalmente de su extravagancia olímpica. Era el príncipe del mal gusto. Le encantaba escandalizar. De hecho, Gray, personificaba y simbolizaba más que nadie que haya conocido todo aquello que era más ofensivo y juvenil de los Monty Python. Y su gusto por impactar a la gente le llevo a logros cada vez mejores. Me gusta pensar que fue una luz pionera que iluminaba el camino que podían continuar espíritus más tenues.

Algunos recuerdos. Recuerdo escribir el discurso del sepulturero con él: “Muy bien, nos la comeremos, pero si luego te sientes mal, cavamos una tumba y vomitas en ella”. Recuerdo descubrir en 1969, cuando escribíamos cada día en el piso que Connie Booth y yo compartíamos, que había descubierto recientemente el juego de escribir palabras de 4 letras en pequeños cuadraditos de papel, y que sigilosamente iba colocando en puntos estratégicos del piso, haciendo que Connie y yo nos viéramos envueltos en frenéticas búsquedas de papelitos en el último minuto cada vez que esperábamos visitas importantes a casa.

Lo recuerdo en las fiestas de la BBC, arrastrándose a 4 patas y restregándose contra las piernas de ejecutivos vestidos en traje gris, para luego mordisquear las más apetecibles pantorrillas femeninas. De eso también se acuerda la sra. de Eric Morecambe.

Recuerdo cuando lo invitaron a hablar en la sindical de Oxford, y como entró en la cámara vestido de zanahoria -un traje naranja que lo cubría por entero terminado en una brillante ramita verde a modo de sombrero-, y a continuación, cuando llegó su turno de hablar, se negó a hacerlo. Se quedó allí, literalmente mudo, durante 20 minutos, sonriendo científicamente. La única ocasión en la historia del mundo en que un hombre completamente mudo ha conseguido iniciar una revuelta.

Recuerdo a Graham recibiendo un premio de TV de la revista Sun de manos de Reggie Maudling. ¡Quién si no! Y tomar el premio y caerse al suelo, y arrastrándose hasta su mesa, gritando lo más alto que podía. Y si recordáis a Gray, ya sabéis que era de verdad alto.

Es magnífico ¿verdad? Lo curioso de escandalizar… no es que moleste a alguna gente; creo que proporciona a otros un momentáneo gozo liberador, pues nos damos cuenta en ese instante de que las normas sociales que constriñen nuestras vidas no son tan importantes en realidad.

Bien, Gray ya no puede hacer eso por nosotros. Se ha ido. Es un ex-Chapman. Todo lo que nos queda de él son nuestros recuerdos. Pero pasará tiempo antes de que se desvanezcan.


Realmente un funeral digno de un maestro del humor... aunque era gay... pero eso no importa ahora, porque está muerto...

Y aquí un vídeo de los grandes Eric Idle, Michael Palin, John Cleese, Terry Gilliam y Terry Jones junto con las cenizas de Graham Chapman recibiendo un premio más que merecido, aunque siempre manteniendo su estilo...

Monty Python receiving an award




¡Qué grandes!

Z for Zorglub

diumenge, 11 de gener del 2009

Lección gratuita

¡He vuelto! El paso de año no me ha destruido, al contrario, me ha dotado... y me ha dotado de más inteligencia. Ahora que soy tan listo como el profesor Stephen Hawking (lo podéis ver más abajo en una foto de archivo) y puedo miraros por encima del hombro, con desprecio, escupiendo en vuestras estampas, en vuestras paredes vacías de diplomas, ahora que puedo excretar en el suelo de vuestras casas con versos de la más admirable poesía, con cálculos que ridiculizan al mismo Jesús y su mísera multiplicación de los panes y los peces, ahora que soy un Dios de la inteligencia humana, me he dado cuenta de esto:

Todo gran poder, conlleva una gran responsabilidad (llamadme original, si queréis).



Stephen Hawking en Gravedad cero


Por eso he decidido impartiros unas clases gratuitas desde este espacio en la red. Hoy, primera sesión, he decidido reflexionar sobre la premisa de que “una imagen vale más que mil palabras”. Y he aquí la primera lección: No deis por cierto todo lo que os digan. ¿Por qué? Se preguntará el hábil lector (porque el lector poco habilidoso quizás estará todavía partiéndose la polla con la foto de Stephen Hawking en gravedad 0 y no sepa de qué cojones estoy hablando). Pues bien, porque, a veces, un texto expresa mucho mejor que una imagen un significado abstracto. Aunque, también, a menudo imagen y texto son complementarios: el uno no se entendería sin el otro… Es el caso de las siguientes imágenes, pues las expresiones denotan significados distintos a los que la imagen representa, y ésta, a su vez, reflejaría un significado no del todo concreto a lo que realmente se quiere decir. O eso o simplemente imagen y texto han coincidido por casualidad aunque tengan significados opuestos o inexistentes.

Ejemplos:


Sentar la cabeza


Aquí no se refiere a "asumir responsabilidades", sino a sentar literalmente la cabeza.

Perder la cabeza


Ella pierde la cabeza pero gana un pie en su lugar... Puede que antes estuviera como un queso, pero ahora huelo como tal... [Muy mala, ¿verdad? Esta broma es propia de un conocido.]

Darse de bruces


Es lo que hará Bruce Springsteen contra el suelo cuando se le resvale la mano que sostiene el micrófono.


Pues aquí concluye la lección de hoy. Me siento como Coco de Barrio Sésamo: mañana os explicaré la diferencia entre derecha e izquierda (es un decir).