dissabte, 19 de setembre del 2009

El Chucky de Cieza remasterizado

Seguro que muchos os acordáis de este elemento:



Pues algún genio del ciber-espacio lo ha transformado en Vegeta y, francamente, es un descojone:



Cristiaaaaaaaaaaaan!

Creo que el Chucky es un gran profeta de ésta, nuestra religión... Viva el gilipollismo!

Z for Zorglub

dilluns, 7 de setembre del 2009

El Gilipollismo sin control, es una tontería

Sí, amigos, Zorglub ha vuelto y devuelto por toda la casa. Tras la resaca post-vacacional, me dispongo a entrar en materia, pues vamos muy retrasados.

Hoy os enseñaré la diferencia entre un gilipollas sin conocimiento de causa, ni de fin, y un gilipollas seguidor del gilipollismo y, por tanto, de sus fines expansivos al resto de la humanidad... Quizás me haya flipado un poco, pero no me he salido de mi intención, que es la de mostraros estos preciados conocimientos.

Atención a los siguientes vídeos:

Un niño de siete años le roba el coche a su padre y protagoniza una persecución casi de película por media Utah.



El chaval, hijo de Utah (que nació en Utah, vamos), no cogió prestado el coche de su padre y huyó despavorido de la policía del "dispara y luego pregunta" porqué sí, no. Sino que la hazaña, tan gilipollas como espectacular, tenía un fin que todos los seguidores del gilipollismo respaldamos: No ir a la iglesia. Eso es gilipollismo con control. Ahora veamos un ejemplo totalmente opuesto a éste de la mano de una joven gilipollas (podría ser perfectamente la Socorrista de "La he liao parda", pero daremos a conocer nuevas formas de gilipollismo al mundo, que si no, no avanzamos):

Una adolescente americana (esto pinta gilipollas) pretende hacerse la graciosa en un bus escolar, cuando de repente...



La imbécil de este vídeo no contaba con el pequeño percance que ha sufrido. Eso le ha hecho parecer más gilipollas de lo que ella inicialmente quería. Algunos dirán: "Eso es bueno, ¿no, maestro?" Pues no, gilipollas. Tú, como hermano del gilipollismo, debes aprender a controlar el nivel de gilipollosidad de tus acciones y cómo quieres que éste afecte a los gilipollas que te rodean. En este caso la inexperiencia de la joven ha sido beneficiosa para sus compañeros de viaje, pues se han descojonao de lo lindo en su puta cara y ha creado buen ambiente, pero probablemente a ella le haya causado un trauma de adolescente (de los que te quedan pa toda la vida) y, como consecuencia de su ingenuidad, los pupilos de su misma clase (es decir, el resto del alumnado del autocar) le hayan buscado un mote cruel para el resto de años de instituto (que viendo su nivel, serán muchos). ¿Pero qué hubiese pasado si la niñata hubiése hecho lo que ha hecho (procuro no decirlo para que veáis el vídeo antes de leer la lección) con el propósito de hacer reír a sus compañeros de la manera en que se han reído? Pues que lo notaríamos, como es el caso del siguiente gilipollas:

El Niño Zombie*



*Para los que no sepáis inglés, aquí adjunto una explicación de lo que pasa, mayormente, en este vídeo: "Faltan pocas horas para el inicio de la noche de Halloween en una zona perdida de Portland, de los Estados Unidos de América. Una reportera del Canal 8 se ha acercado a Waterfront Park para entrevistar a alguno de los niños que esperan impacientes la noche más terrorífica del año. La reportera cree conveniente acercarse a uno de los chavales que deambula por la zona. Va maquillado como un zombie y parece convencido del papel que representa. La periodista, a sabiendas de lo lejos que se encuentra del premio Pulitzer por hacer esta clase de reporterismo callejero, cree que será un buen inicio para su reportaje contrastar las primeras impresiones de un crío que parece estar disfrazado de tal guisa desde que se levantó esa misma mañana. Así que conectan con ella, presenta el ambiente de las calles de Portland e introduce el nerviosismo que presenta la noche de Halloween para los más pequeños. Acto seguido, la reportera pregunta al Niño Zombie cuál es su opinión al respecto. Al instante, el pequeño gilipollas escupe una de las frases más célebres de YouTube: I like turtles! (Me gustan las tortugas) La reportera, todavía incrédula, pretende zafarse del pequeño cabrón que acaba de dejarla en ridículo ante miles de espectadores con un improvisado: Yeah... You're a great zombie! (Sí... Eres un zombie fantástico) Como quitándole importancia al asunto, pero no lo ha conseguido. El pequeño zombie ha ganado."

Analicemos este gilipollismo bien diseñado: El niño zombie es gilipollas, quizás incluso un poco retrasado, pero ha sabido controlar la situación a la perfección. Su objetivo parece ser que es dejar totalmente fuera de combate e impactar a la reportera y a los miles de espectadores de la cadena. Pero al soltar la frase "I like turtles" El niño se da cuenta de su verdadero poder, se percata de que será éxito de visitas en YouTube y, en ese preciso instante en que es consciente de lo que aquella frase tan gilipollas acaba de desencadenar, le resulta imposible esconder una mueca en forma de sonrisa, orgulloso del trabajo bien hecho. Además, el niño sabe perfectamente que ha conseguido sus propósitos cuando la reportera opta por cambiar de tema de immediato, cosa que la hace quedar como más gilipollas todavía. ¡Bien por ti, chaval! ¡Eres un gran predicador de nuestra palabra!

Ahora bien, si nuestro objetivo, como en el caso del niño zombie, es predicar el gilipollismo y hacer que la gente se dé cuenta de cuán gilipollas es, lo mejor es tener un plan diseñado de principio a fin, un plan compacto, sin sorpresas (al menos para nosotros) y si puede ser, que haga risa... He aquí uno de los ritos de iniciación del gilipollismo:



¡Hermano, eres gilipollas!


Y ahora os dejo con el Chuky de Cieza, un gilipollas profético, pues sus medios y sus fines son simplemente gilipollas. Y es muy divertido, ¡qué coño!



¡Ya verás!